“Análisis Provinciano” del Artículo 1 de la Constitución Política de Chile
Nuestra Constitución Política señala en su Artículo 1, inciso primero que: “Las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos”.
Luego, en su inciso cuarto señala: “El Estado está al servicio de la persona humana y su finalidad es promover el bien común, para lo cual debe contribuir a crear las condiciones sociales que permitan a todos y a cada uno de los integrantes de la comunidad nacional su mayor realización espiritual y material posible, con pleno respeto a los derechos y garantías que esta Constitución establece”.
Y finalmente, en su inciso quinto señala: “Es deber del Estado resguardar la seguridad nacional, dar protección a la población y a la familia, propender al fortalecimiento de ésta, promover la integración armónica de todos los sectores de la Nación y asegurar el derecho de las personas a participar con igualdad de oportunidades en la vida nacional”.
Si cualquier homo sapiens chilensis, más conocido como “chilenito”, lee y reflexiona el Artículo 1 y sus incisos, podría concluir que está viviendo en un país “democrático y meritocrático”, situación lejana a nuestra verdad histórica. Y como diría “Jack el destripador, vamos por parte”:
Con respecto al inciso primero: “las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos”. Es efectivo que todos nacemos libres, pero iguales en dignidad y derechos es falso. Y me pregunto, que habrá pretendido señalar el legislador con iguales; la respuesta podría encontrarla en el concepto de igualdad social, característica de aquellos estados en que todos sus ciudadanos, sin exclusión, alcanzan la realización de sus derechos humanos y en donde se les reconoce igualdad ante la ley, igualdad de oportunidades e igualdad de resultados civiles, políticos, económicos y sociales, situación que está lejos de nuestro larga y angosta faja de tierra. Ante ello, algunos ejemplillos, no habrá otro individuo en “Chilito” capaz de desempeñar la función de ministro de hacienda que no sea Larraín o Eyzaguirre, o por qué en el poder judicial se jubila a los 75 años, o por qué los militares no están en las AFP, o por qué no se condena la corrupción o el tráfico de influencias…..Oh señor, por qué……..definitivamente no somos todos “iguales”.
Según la OCDE, Chile es el país con mayor desigualdad de ingresos entre ricos y pobres entre sus 34 países miembros. Además, señala que es el país más saqueado por sus empresarios y en donde los más ricos tienen mayores facilidades legales para acumular y concentrar gran cantidad de riqueza. Finalmente, señala que dadas las condiciones políticas, económicas, sociales y culturales que existen en el país, los trabajadores no tienen ningún derecho consagrado, ya que todo depende del ingreso que tengan y, establece que Chile es el tercer país de la OCDE con menor inversión en protección social, pues sólo destina el 10,2% del PIB para gasto público en educación, salud y pensiones.
Con respecto al inciso cuarto: “el Estado está al servicio de la persona humana”….farso, farso, farso, como diría Tutu-Tutu…..El Estado, llámese gobierno de turno, está al servicio de “algunas” personas humanas, y básicamente de los militantes de los partidos políticos que administran cada 4 años el Estado. Esto es lamentable, pues sólo 332.632 chilenos están inscritos en partidos políticos, cifra que tan sólo representa al 1,9% de los 17.373.831 chilenos que respiran en nuestro democrático país. O sea, cuando se gobierna Chile, sólo se cuenta con 2 personas por cada 100 que existen, y pienso dos cosas, uno, que los otros 98 tienen algún grado de incapacidad, por ejemplo intolerancia a la lactosa, o dos, que hay sólo para elegir a 1 de los menos malos y que son sólo 2…..guau, que fuerte. Esto me recuerda lo que señalan algunos señores políticos de derecha: “hay que limpiar el Estado de los operadores políticos” o “hay que eliminar la grasa del Estado”, en conclusión hay que limpiar o eliminar a sólo 2 chilenos de cada 100…..guau, fuertes declaraciones.
Con respecto al inciso quinto: “es deber del Estado asegurar el derecho de las personas a participar con igualdad de oportunidades en la vida nacional”……esto es la chacota misma y sin control, es la guinda de la torta diría otro, na’ que ver chancho en misa o la gota que rebalsó el vaso…..; es esquizofrenia pura.
Sucede que, el concepto de igualdad de oportunidades está directamente relacionado con el ideal de justicia. Esto quiere decir, que no puede existir una verdadera justicia, si no hay mecanismos sociales que garanticen una igualdad entre los individuos. Para que la igualdad no sea simplemente una cuestión formal y teórica es necesario que en una sociedad se pongan en marcha políticas de igualdad de oportunidades, lo que implica que todos los individuos, independientemente de su origen o condición social, deben tener la posibilidad de disponer de los mismos recursos, servicios y oportunidades para desarrollar sus vidas. Si comparamos la vida con una carrera, podríamos decir que hay igualdad de oportunidades si todos partimos del mismo punto de partida o usamos los “mismos patines”, dijo por ahí un “iluminatis chilensis”.
En consecuencia, el problema de la Constitución Política, no está en su esencia ni en sus palabras, sino en su interpretación. De algún modo, se genera un debate porque todos defienden posturas, pero no es efectivo que exista diálogo y voluntad de escuchar, sólo son monólogos de un lado y del otro. Es fácil encontrar declaraciones en el ámbito público que asumen que la razón y la ciudadanía está con ellos y, lo que resta, es que se cumpla con su opinión. También es fácil observar declaraciones que llaman a dialogar, pero que entienden el diálogo como una escucha y aceptación por otros de la propia opinión, pero que no están dispuestos a escuchar y que niegan cualquier opinión contraria.
Otro elemento relevante, dice relación con la confianza, pues no sólo la ciudadanía ha dejado de confiar, sino que todos desconfían. Para algunos no se puede confiar en la élite, para otros no se puede confiar en los ciudadanos. Por ende, se requiere aceptar que la desconfianza es una forma de control de los gobernantes y por lo tanto la desconfianza es parte de la democracia. Si la confianza es susceptible de ser vulnerada, no hay como una sana desconfianza, pero si esta desconfianza evita que la sociedad en su conjunto pueda crear “arreglos sustentables”, se hace imposible crear espacios políticos que generen acciones conjuntas para el desarrollo de Chile.
En conclusión, la Constitución Política de Chile, en su Artículo 1, dice todo lo que se debe hacer para que se respete la democracia, pero que no se cumple por la intransigencia o desconfianza de la sociedad en su conjunto, gobernantes y gobernados, transformándolo en un artículo que en su esencia niega la democracia, por lo que analizar los 15 capítulos y los 129 artículos “que le lleva”, más sus disposiciones transitorias es un ejercicio que no vale la pena realizar y que ya no quiero hacer, so pretexto de una crisis convulsiva, vómito o intento de suicidio, tal vez, colectivo……